pata de perro

Pata de perro: guía 2025 para entender sus partes

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El otro día nos llamó una de nuestras mamis perrunas, preocupada. Su perrito (uno de nuestros cachorros de SiempreCan) había empezado a cojear de repente después de un paseo.
“No apoya bien la pata, pero no se queja… “¿Será algo muscular, o le ha pasado algo en los dedos?”, nos decía.

Y claro, lo primero que hizo (antes incluso de llamarnos) fue lo típico: abrir Google y buscar cosas como:

  • “¿Qué pasa si un perro cojea?”
  • “¿Qué es el carpo del perro?”
  • “¿Dónde están exactamente las falanges?”
  • O directamente: “partes de la pata de un perro”.

Eso nos hizo pensar que, claro, hasta que algo no falla, casi nadie se para a pensar en lo increíblemente compleja que es una pata de perro. Y no, no hablamos solo de una almohadilla blandita y unos deditos graciosos. Hablamos de un engranaje perfecto de huesos, músculos, tendones, uñas y nervios que forman parte de algo mucho mayor: el aparato locomotor del perro. Increíble, ¿no?

Las patas del perro no son solo apoyo: son equilibrio, movimiento, protección y, muchas veces, su forma de comunicarse contigo. ¿Y sabes qué? Entender cómo funciona una pata de perro te puede ahorrar muchos sustos (y alguna que otra urgencia innecesaria).

Por eso en este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre las patas delanteras de los perros, su anatomía interna, cómo están formadas por estructuras como el carpo, los dedos, las falanges… y qué señales pueden indicar que algo no va bien.

Además, verás cómo cuidarlas, qué revisiones hacer después de cada paseo y por qué no es lo mismo hablar de una pata de un labrador que de la de un schnauzer mini.

¿Vamos al lío? Hoy miramos las patas del perro de otra manera.

pata de perro

Así funcionan las patas del perro: anatomía, apoyo y algún que otro derrape

Tu miras a tu teckel (salchicha, para los amigos) y piensas: «que patitas tan cortas, ¿cómo puede correr tantísimo?». Lo que tu no sabes, es que las patas del perro son parte esencial de su día a día y que están hechas para mucho más que caminar y correr.

De hecho, las patas de perro cumplen funciones clave que a veces pasamos por alto. Cada vez que tu perro camina, corre o pega un triple salto mortal desde el sofá, lo hace gracias a una estructura muy compleja. Huesos, tendones, ligamentos, músculos, terminaciones nerviosas… Todo eso está ahí, funcionando en equipo para que se mueva con precisión (y sí, también para que se resbale en el suelo de casa como si estuviera en “Fama a bailar”).

Y lo mejor: lo hacen sin que lo notes.
Hasta que lo notas, claro.

¿Y para qué sirven las patas del perro, exactamente?

Pues no solo para caminar, por supuesto. Las patas del perro cumplen muchas más funciones de lo que parece:

  • Sostener el peso del cuerpo (especialmente las delanteras).
  • Absorber impactos al correr, saltar o frenar.
  • Dar estabilidad y equilibrio.
  • Regular la temperatura a través de las almohadillas.
  • Comunicarse (sí, también usan las patas para hablarte).

¿Y funcionan todas las patas del perro igual? Pues no. Y ese matiz lo cambia todo.

Las patas delanteras y las traseras cumplen funciones distintas:

  • Las patas delanteras del perro son las responsables de sostener el peso, frenar, girar, y mantenerse estable. Son como el sistema de dirección.
  • Las traseras, en cambio, son el motor. De ahí viene la fuerza, el impulso y los sprints estilo Vinícius cuando oye que abres la nevera.

Por eso, una lesión en una sola zona (una falange inflamada, una sobrecarga en el carpo del perro o un golpe mal curado) puede desestabilizarle por completo.

Y aquí es donde entra lo interesante: entender aunque sea un poquito de la anatomía de la pata del perro te da una ventaja enorme como tutor. Porque cuando sabes cómo debería moverse, qué es normal y qué no, puedes prevenir lesiones, detectar síntomas a tiempo… y cuidar mejor de su bienestar general.

En el siguiente bloque te cuento cuáles son exactamente las partes de la pata del perro, para qué sirve cada una y cómo puedes identificarlas fácilmente (sí, sin hacer un máster).

Partes de las patas del perro explicadas fácil (con ejemplos reales)

A veces pensamos en la pata de perro como un bloque compacto: almohadilla, uñas y listo. Pero nada más lejos. La verdad es que está formada por varias estructuras muy específicas, y cada una cumple una función vital para su movilidad y bienestar.

Y no, no hace falta estudiar veterinaria para entenderlas. Solo necesitas tener curiosidad y saber dónde mirar.

Aquí te lo explico como lo haríamos en una charla con los nuevos papás perrunos que vienen al centro: fácil, útil y con ejemplos reales de los que vemos cada semana en SiempreCan.

Almohadillas y dedos: los “zapatos” del perro

Las almohadillas son esas zonas blanditas que tanto nos gustan tocar, pero su papel va mucho más allá de la ternura. Actúan como amortiguadores naturales. Ayudan a absorber el impacto cada vez que el perro camina, corre o salta, y también le permiten moverse sin hacer ruido (algo crucial en razas más cazadoras, como el teckel).

Entre ellas, encontramos los dedos de los perros, normalmente cinco en las patas delanteras y cuatro en las traseras (aunque algunos tienen un quinto “dedo vestigial” llamado espolón).

Estos dedos contienen huesos pequeños que se llaman falanges, y si alguna se inflama o se daña, el apoyo cambia por completo.

Carpo del perro: su “muñeca” oculta

El carpo del perro es una de las zonas más olvidadas… y más problemáticas.
Está justo encima de las almohadillas delanteras y funciona de forma parecida a nuestra muñeca: le da flexibilidad, sujeción y ayuda a amortiguar los movimientos.

Cuando hay una torcedura, un mal apoyo o un sobreesfuerzo (por ejemplo, en perros muy activos o tras un salto mal calculado), el carpo suele ser uno de los primeros en resentirse. Si tu perro empieza a cojear sin motivo aparente, este es un buen sitio por donde empezar a revisar.

Falanges, uñas y huesos más profundos

Las falanges son los huesos que hay dentro de los dedos. Al igual que nosotros, los perros tienen tres falanges por dedo, y cualquier fractura o luxación en esa zona puede doler… mucho. De ahí la importancia de cortarle bien las uñas (ni demasiado ni demasiado poco) y de observar si camina raro después de un paseo largo o sobre asfalto caliente.

Detrás de las falanges vienen los huesos metacarpianos (en las patas delanteras) y metatarsianos (en las traseras), que hacen de puente entre los dedos y la articulación más grande: la del carpo o el tarso (según la pata de perro).

Tendones, ligamentos y músculo: los invisibles que lo mueven todo

Lo que sostiene y conecta todas esas partes es la red de tejidos blandos: tendones, ligamentos, músculos.
Ellos son los encargados de coordinar los movimientos, permitir la flexión y proteger las articulaciones.

Un simple tirón, una mala pisada o un salto descontrolado pueden provocar una distensión o una contractura. Y aunque no se vean, estas lesiones son muy habituales (especialmente en perros jóvenes o muy enérgicos, como los caniches toy o los maltipoos de SiempreCan).

Parte de la pata ¿Dónde está? Función principal
Almohadillas Parte inferior, bajo los dedos Amortiguan impactos, protegen el pie, regulan la temperatura
Dedos Extremo de la pata, visibles Permiten el apoyo y el equilibrio, tienen uñas y falanges
Falanges Dentro de los dedos Huesos que permiten la movilidad digital
Carpo “Muñeca” en la pata delantera Flexiona y estabiliza el movimiento de la pata delantera
Metacarpo / Metatarso Entre los dedos y la muñeca (o tarso) Transmite el movimiento del carpo/tarso hacia los dedos
Ligamentos y tendones A lo largo de toda la estructura ósea Conectan huesos y músculos, permiten el movimiento
Músculos Interior de la pata, no visibles Generan la fuerza para caminar, correr o saltar

¿Qué pasa si algo no va bien? Lesiones y señales de alerta en las patas del perro

Hay días en los que todo va normal: tu perro camina feliz, corre detrás de una pelota invisible (que solo él ve) o te sigue por la casa como si trabajaras en la CIA. Pero hay otros en los que de repente… algo no cuadra. Apoya raro, cojea un poquito, o directamente se niega a moverse.

Y ahí es cuando entra el pánico: ¿Se ha hecho daño? ¿Le ha entrado algo en la almohadilla? ¿Será algo del carpo del perro? ¿O incluso una falange rota?

Antes de alarmarse (o de volcar todo Google en busca de respuestas), vamos a ver qué tipos de lesiones son más frecuentes y cómo identificarlas a tiempo.

Lesiones comunes en las patas: de lo leve a lo serio

  • Heridas, espigas o cuerpos extraños
    Las caminatas por el monte o por parques mal cuidados pueden traer sorpresas: espigas clavadas entre los dedos, cristales, astillas o pequeñas heridas que no sangran mucho pero sí molestan.
    👉 Revisa siempre entre los dedos, en la base de las uñas y bajo las almohadillas después del paseo.
  • Almohadillas agrietadas o quemadas
    ¿Sabías que el asfalto en verano puede superar los 50 °C? Las almohadillas pueden verse sanas pero estar muy resecas o incluso quemadas. También se agrietan en invierno por el frío y la sal.
    👉 Si notas la superficie áspera, fisuras, sangrado leve o que evita andar por ciertas zonas, hidrátalas y consulta si hay dolor.
  • Uñas rotas o encarnadas
    Un clásico: una uña rota tras un salto o una uña que crece mal (sobre todo si no se ha recortado bien).
    👉 Puede causar dolor al apoyar la pata o hacer que se lama con obsesión una sola zona. Si sangra o se inflama, toca veterinario.
  • Torceduras y esguinces
    Las razas más activas (como los caniches o teckel mini) son expertas en frenar en seco o saltar sin calcular.
    👉 Si el carpo del perro (esa “muñeca” tan olvidada) está inflamado o caliente al tacto, puede haber un esguince. Y sí, necesitan reposo real (aunque ellos no se lo tomen en serio).
  • Problemas óseos: metacarpo, metatarso o falanges
    Una falange del perro puede lesionarse sin que lo veas externamente. Basta con un mal apoyo o un golpe seco.
    👉 Si notas que no apoya bien un dedo, camina como si evitara cargar el peso, o gira ligeramente la pata al andar, podría ser algo más profundo.
  • Distensiones musculares y tendinitis
    Especialmente comunes tras juegos intensos o en perros que no calientan bien antes del paseo largo (sí, eso también existe).
    👉 El dolor suele aparecer al final del día. Si lo ves más rígido, menos ágil o como “cansado” sin motivo, sospecha de sobrecarga.

patas del perro

¿Y si mi perro cojea o camina raro?

Una de las búsquedas estrella en Google: “Mi perro cojea pero no se queja, ¿qué le pasa?”. Y es normal. Muchos perros son auténticos campeones del disimulo. Sobre todo si son pequeños y están más preocupados por seguirte que por mostrar dolor.

Entonces, ¿cómo saber si la cosa va en serio?

👉 Presta atención si tu perro:

  • Cojea más de 24 horas seguidas sin mejoría
  • Cambia su forma de andar (anda “de lado” o gira el pie)
  • Evita ciertos movimientos: subir al sofá, correr, saltar
  • Se niega a apoyarse sobre una pata o la mantiene elevada
  • Se lame una zona concreta con insistencia
  • Se queja al tocarle suavemente el carpo, los dedos o la base de la pata

Si ocurre alguna de estas cosas, no te asustes, pero tampoco lo dejes pasar. A veces basta con reposo y cuidados en casa, pero otras necesita revisión veterinaria. Sobre todo si hay inflamación, calor local o no mejora tras un par de días.

Cuidados básicos para mantener sanas las patas del perro

Las patas del perro lo aguantan todo: desde los paseos eternos hasta las carreras por casa con alfombra incluida, los resbalones, la lluvia, el asfalto hirviendo y las aventuras improvisadas que empiezan con “solo vamos un momento al parque”.

Y sin embargo, son también una de las partes que menos cuidamos. Nos acordamos de los dientes, del pelo, de la alimentación… pero las patas, si no hay cojeras ni heridas a la vista, suelen pasar desapercibidas. Spoiler: no deberían.
Mantener en buen estado una pata de perro no es solo estética o prevención de heridas. Es salud, movilidad y calidad de vida. Aquí tienes lo básico que deberías hacer (y que no te llevará más de unos minutos al día).

Corte de uñas: ni mucho, ni poco, ni tarde

Unas uñas demasiado largas pueden alterar el apoyo y terminar generando problemas articulares, molestias al caminar e incluso deformidades en las falanges del perro.

  • Si al andar sobre suelo duro hacen “clic clic”, es hora de cortar.
  • Usa siempre cortaúñas específicos y nunca cortes más allá de la vena.
  • Si tienes dudas, tu veterinario o peluquero canino de confianza te puede enseñar a hacerlo bien.

Hidratación de almohadillas

Las almohadillas no se cuidan solas.
Se resecan con el frío, se queman con el calor, se agrietan con el uso. Y como no las vemos “tan fácilmente”, muchas veces las dejamos de lado. Unas almohadillas secas son como llevar zapas sin suela.

  • Usa bálsamos específicos o aceite de coco puro.
  • Aplícalo después del paseo, cuando esté relajado.
  • Si están agrietadas, evita terrenos duros hasta que mejoren.

Revisión tras cada paseo

Sí, esto parece de madre intensa, pero una revisión rápida evita disgustos. Y más si has paseado por campo, parques con grava o zonas urbanas en verano.

Busca:

  • Espigas o piedrecitas entre los dedos
  • Cortes, grietas o zonas enrojecidas
  • Uñas rotas o sangrantes
  • Resto de sal (si ha nevado o han echado sal en aceras)

Y si tienes un perro con pata pequeña o pelaje largo, como un caniche toy o un bichón maltés, ojo con los nudos o restos que se quedan ocultos entre el pelo de la base de la pata.

Descanso y cuidado post-ejercicio

No todos los perros tienen la misma resistencia. Si tu compi es de los que se pasa el día corriendo, subiendo y bajando, jugando sin parar, dale pausas. Las lesiones por sobreesfuerzo en el carpo del perro, los ligamentos o los músculos son más comunes de lo que parece… especialmente en razas activas.

  • Después de un paseo largo o un día de montaña, revisa patas y observa su forma de caminar al día siguiente.
  • Si notas rigidez, haz que repose (aunque te mire con ojos de “quiero jugar otra vez”).

Cuidar las patas del perro es tan importante como cuidar cualquier otra parte de su cuerpo. Son su base, su impulso y gracias a ellas viene corriendo a recibirte nadamás entras por la puerta.

Y, como siempre decimos en SiempreCan, prevenir con mimo es mejor que curar con prisas.

¿Y si mi perro es de una de estas razas? Pistas para reconocerlas fácilmente

Vale, ya sabemos cómo están hechas las patas del perro, qué puede fallar y cómo cuidarlas.
Pero si acabas de adoptar un perro sin papeles o tienes dudas sobre su origen, este bloque te interesa. Porque hay ciertas razas que tienen detalles anatómicos tan característicos que te dan pistas muy claras… empezando por las patas.

En SiempreCan convivimos a diario con razas toy, así que te damos un mini resumen —fácil y sin rollos— de cómo son sus patas, su postura y algunos rasgos físicos que las hacen inconfundibles (aunque sean mestizos o sin pedigree oficial).

Pista extra: muchas razas tienen un “tipo de pata” característico. Observar cómo apoya, cómo camina o incluso cómo distribuye el peso te puede ayudar más de lo que crees.

Raza ¿Cómo son sus patas? Detalles que delatan
🐩 Caniche Toy / Mini Patas finas, largas y rectas, con apoyo elegante Movimiento ágil, postura recta y pelo rizado por todo el cuerpo
🧼 Schnauzer Miniatura Patas compactas y fuertes, bien plantadas Cejas y barba marcadas, mirada intensa y cuerpo sólido
🦁 Pomerania Patas muy pequeñas, casi escondidas bajo el pelaje Melena esponjosa, orejas puntiagudas y actitud de diva
🎀 Bichón Maltés Patas rectas, pelo largo y sedoso que cubre parte del pie Color blanco puro, mirada dulce y andar elegante
🐾 Maltipoo Patas suaves, acolchadas, con pelo rizado o semi Carita tipo peluche, orejas medias y carácter sociable
🪶 Teckel Patas cortas y arqueadas, diseñadas para excavar Cuerpo alargado, orejas largas y mirada muy curiosa

👉 ¿Tienes dudas sobre si tu perro tiene mezcla de alguna de estas razas? Fíjate bien en cómo apoya las patas, cómo es la forma de sus dedos o el tipo de pelaje que tiene en la base de las patas.
Y si sigues con la duda… ya sabes dónde encontrarnos.

Preguntas frecuentes (FAQ) sobre la pata de perro

¿Cuántas patas tiene un perro y cómo se llaman sus partes?

Un perro tiene cuatro patas: dos delanteras y dos traseras. Cada una se compone de almohadillas, dedos, uñas, falanges, metacarpos o metatarsos y carpo (o tarso). Todo eso forma parte del aparato locomotor del perro.

¿Qué es el carpo del perro y para qué sirve?

El carpo del perro es como nuestra muñeca. Se encuentra en las patas delanteras y le permite flexionar y absorber impactos. Es clave para el equilibrio y muy propenso a lesiones si hay sobrecargas o malas caídas.

¿Cuántos dedos tiene un perro en cada pata?

En general, los perros tienen cinco dedos en cada pata delantera (incluyendo el espolón) y cuatro en cada pata trasera. Algunas razas tienen espolones también atrás, pero no siempre funcionales.

¿Cómo saber si mi perro tiene una falange rota o inflamada?

Si cojea, se lame una zona concreta o camina raro, puede tener una falange afectada. Estas pequeñas fracturas no siempre son visibles, pero afectan mucho al apoyo. Mejor consultar al veterinario si lo notas incómodo.

¿Qué hacer si mi perro cojea de una pata delantera?

Observa si hay herida, espiga, uña rota o inflamación. Si no hay mejora en 24–48 h, acude al veterinario. Las patas delanteras soportan más peso y una lesión ahí puede afectar a su postura general.

¿Qué pasa si un perro no apoya bien la pata?

Cuando un perro no apoya bien la pata, puede haber desde dolor leve hasta una fractura o lesión articular. No esperes si dura más de uno o dos días: cuanto antes se revise, mejor.

¿Cómo cuidar las almohadillas de las patas del perro?

Después de cada paseo, límpialas y revisa si hay cortes, espigas o sequedad. Hidrátalas si están ásperas y evita superficies muy calientes o frías sin protección.

¿Es normal que mi perro tenga almohadillas rugosas o duras?

Sí, pero dentro de un límite. Las almohadillas deben estar firmes pero no agrietadas. Si ves grietas, costras o zonas muy resecas, aplica bálsamo e hidrata con frecuencia.

¿Cuándo llevar a mi perro al veterinario por una pata?

Si cojea más de 48 horas, tiene hinchazón, dolor, o se niega a apoyar la pata, mejor no esperar. Aunque sea algo leve, cuanto antes se trate, mejor se recupera.

Ahora ya lo sabes: las patas del perro no son solo un punto de apoyo, ni un detalle estético para presumir de pedicura canina. Son complejas, delicadas y vitales. Y entender cómo funcionan, cómo están formadas y qué señales hay que tener en cuenta puede marcar la diferencia entre una simple cojera y una lesión seria.

En SiempreCan lo tenemos claro: cuanto más sepas sobre su cuerpo, mejor lo vas a cuidar. Y sí, aunque no seas veterinario, tú también puedes hacer mucho por su salud desde casa. Por eso publicamos nuevos artículos cada semana en nuestro blog como este: con info útil, real, cercana, bien explicada y sin tecnicismos innecesarios. Para ayudarte a entender a tu peludo, acompañarte en su día a día y resolver esas dudas que todos nos hemos hecho alguna vez.

Así que ya sabes: la próxima vez que mires sus patas, hazlo con otros ojos. Porque ahí, en esos “pies con personalidad”, hay más información (y ternura) de la que imaginas.

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¡Nos vemos pronto, que tenemos muchas más historias caninas que contarte!

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Andrea

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