¿Tu perro cierra un ojo todo el rato? ¿Parpadea sin parar? ¿Tiene el ojo rojo, nublado o como “raro”? Vaaaale, no vamos a dramatizar… pero tampoco lo ignores. Los problemas en los ojos de los perros son más frecuentes de lo que parece, y a veces empiezan con síntomas muy sutiles.
No hace falta que te conviertas en veterinario ni que te pongas a buscar fotos de “mi perro tiene un ojo malo” a las 2 de la mañana (spoiler: no ayuda), pero sí viene genial saber qué señales pueden indicar que tu peludo tiene una enfermedad ocular y cuándo es momento de actuar.
En este artículo te contamos TODO sobre las enfermedades en los ojos de los perros: las más comunes, los síntomas que no debes pasar por alto, cómo prevenirlas, qué tratamientos existen y qué puedes hacer tú en casa (y qué no). Y como siempre, con nuestro estilo: claro, útil, sin rollos raros y con ejemplos reales que sí te van a servir.
Así que si tu compi peludo tiene la mirada “chunga”, ¡sigue leyendo que esto te interesa!

¿Es normal que mi perro tenga los ojos irritados, llorosos o entrecerrados?
A ver, que un perro parpadee más de la cuenta, se le humedezcan los ojos o incluso cierre uno durante un rato… puede ser normal si, por ejemplo, le ha entrado un poco de polvo o acaba de despertarse. Pero si ves que esa mirada rara no desaparece, o que tu perro cierra mucho los ojos a lo largo del día, toca prestar atención. Puede que estemos ante una de las tantas enfermedades en los ojos de los perros que aparecen sin dar muchos avisos.
¿Qué señales pueden indicar un problema ocular?
Los problemas en los ojos de los perros a veces empiezan con síntomas tan sutiles que cuesta pillarlos a tiempo. Aquí van algunas pistas para que te pongas en modo detective 👀:
- ¿Tu perro parpadea mucho o parece que no abre bien los ojos?
- ¿Se rasca o frota la cara con las patas o contra muebles?
- ¿Tiene los ojos enrojecidos, con lagañas raras o más cerrados de lo normal?
- ¿Le llora más un ojo que otro o ves que tiene el ojo como “nublado” o blanquecino?
Si has respondido que sí a una o varias… sigue leyendo. Porque, aunque a veces no sea grave, muchas de estas señales están relacionadas con enfermedades oculares en perros que necesitan revisión veterinaria cuanto antes.
¿Cuándo debería preocuparme de verdad?
Cuando los síntomas no desaparecen en uno o dos días, o directamente empeoran. Por ejemplo:
- Si notas que el ojo está muy rojo o inflamado.
- Si hay secreción amarilla o verdosa (y no solo la típica legaña).
- Si tu perro no puede abrir el ojo por completo.
- Si ves que el ojo cambia de color, parece opaco o empieza a sobresalir.
- Si tu perro no abre bien los ojos y está apagado o deja de jugar.
💡 Recuerda: muchas enfermedades oftalmológicas en perros no duelen al principio, pero pueden empeorar rápido si no se tratan. Y en temas de ojos… cuanto antes se actúe, mejor.
Las enfermedades oculares más frecuentes en los perros
Las enfermedades en los ojos de los perros son tan variadas como los propios peludos. Algunas solo causan molestias leves, pero otras pueden afectar seriamente a la visión o ser el reflejo de un problema mayor. Saber identificarlas a tiempo puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida o complicaciones graves. Vamos a ver las más frecuentes una por una:
Conjuntivitis
Es posiblemente la enfermedad ocular en perros más común. La conjuntivitis es la inflamación de la membrana que recubre el ojo y el interior del párpado. Puede tener origen alérgico, vírico, bacteriano o incluso por contacto con cuerpos extraños (como polvo, humo o pelos).
¿Qué notarás en casa? Ojos rojos, legañas espesas, lagrimeo constante y tu perro frotándose la cara sin parar. También puede cerrar un ojo o mostrar molestia con la luz.

💡 Consejo: Aunque algunas conjuntivitis son leves, nunca apliques colirios humanos ni antibióticos sin prescripción. Siempre revisa con tu vete.
Glaucoma
El glaucoma es una de las enfermedades en los ojos de los perros más serias. Se produce cuando sube la presión dentro del ojo, dañando el nervio óptico. El dolor es intenso, aunque no siempre lo expresan de forma evidente.
¿Qué se ve? Ojo agrandado, muy duro al tacto, pupila dilatada, lagrimeo, ojos vidriosos o pérdida repentina de visión. En algunos casos, el perro está apático, evita la luz o incluso se queja al tocarle cerca de la cara.
Es una urgencia veterinaria. El tratamiento suele incluir gotas para bajar la presión y, en casos avanzados, cirugía.
Cataratas
Las cataratas afectan al cristalino del ojo, volviéndolo opaco. Suelen aparecer en perros mayores, pero también pueden tener un origen hereditario, diabético o traumático.
¿Qué ves tú? Ese típico «ojo nublado» o blanquecino. Puede afectar uno o ambos ojos. Si no se trata, avanza y acaba afectando totalmente la visión.
💡 Dato útil: Las cataratas pueden operarse con muy buenos resultados, siempre que el resto del ojo esté sano. Es importante hacer un diagnóstico temprano.

Úlceras corneales
Estas “heriditas” en la córnea son muy dolorosas. Aparecen por traumatismos (rasguños, ramas, arena, una uña jugando…), o por ojo seco. Son muy comunes en razas braquicéfalas (Bulldog, Carlino, Shi Tzu), cuyos ojos sobresalen más.
Síntomas: Ojo entrecerrado o cerrado por completo, lagrimeo intenso, sensibilidad a la luz, y a veces opacidad o manchitas blancas en la superficie.
💡 Nunca esperes a ver “si se le pasa”. Las úlceras pueden perforar la córnea si no se tratan con rapidez.
Uveítis
La uveítis es la inflamación del interior del ojo (iris, cuerpo ciliar y coroides). Puede estar provocada por infecciones, enfermedades inmunológicas o traumatismos. Es muy dolorosa y una de las enfermedades oculares en perros que puede causar ceguera si no se trata a tiempo.
¿Qué se ve? Ojo muy rojo, a veces turbio, con pupila pequeña o deformada. El perro parpadea mucho y puede mostrarse irritable.
El tratamiento depende de la causa, pero siempre incluye antiinflamatorios específicos y seguimiento muy cercano.
Atrofia progresiva de retina (APR)
Se trata de una enfermedad hereditaria que afecta a los fotorreceptores de la retina, haciendo que dejen de funcionar poco a poco. Es una de esas enfermedades oculares en perros silenciosas que no se detectan hasta que ya ha avanzado bastante.
¿Cómo empieza? El perro pierde visión nocturna. Luego empieza a tropezar de día, evita escaleras o se mueve con más inseguridad. Es más común en razas como el Labrador, el Cocker o el Schnauzer mini.
No tiene cura, pero un diagnóstico temprano ayuda a adaptar el entorno y darle mejor calidad de vida.
Entropión y ectropión
Ambas son malformaciones del párpado:
- Entropión: el párpado se enrolla hacia dentro, y las pestañas rozan el ojo.
- Ectropión: el párpado se cae hacia fuera, dejando la conjuntiva expuesta.
Ambas causan lagrimeo, irritación, conjuntivitis recurrentes y malestar constante. Son comunes en razas como el Shar Pei, Cocker Spaniel o San Bernardo.
💡 Solución: En casos graves, se corrige con una pequeña cirugía, y el cambio es espectacular para el perro.
¿Ves cómo no todas las enfermedades en los ojos de los perros son iguales? Algunas se curan fácilmente, otras necesitan tratamientos más complejos, pero todas mejoran si se detectan a tiempo.
Enfermedades en los ojos de los perros según los síntomas
Cuando notas que algo raro pasa en la mirada de tu perro, es normal entrar en modo pánico. Pero no todos los síntomas indican algo grave. Aquí te explicamos qué puede significar cada señal ocular y cuándo conviene preocuparse (y actuar).
Mi perro cierra mucho los ojos
Si ves que tu perro entrecierra los ojos o los mantiene cerrados más de lo habitual, puede ser señal de molestia, dolor o sensibilidad a la luz. No siempre es grave, pero sí puede indicar una irritación leve, una úlcera corneal o incluso una conjuntivitis.
💡 Consejo: Si lo hace de forma constante, sobre todo si va acompañado de lagrimeo o rascado, lo mejor es que lo revise el veterinario.
Mi perro no abre bien los ojos
Este síntoma suele ser una llamada de atención. Puede haber algo que le esté molestando dentro del ojo (como una espiga, una pestaña mal colocada o un cuerpo extraño) o puede estar relacionado con una infección o inflamación.
👉 También puede ser signo de una úlcera, uveítis o incluso glaucoma, especialmente si lo acompaña de enrojecimiento o dolor.
Le llora un ojo más que el otro
Un lagrimeo excesivo en un solo ojo puede deberse a un problema puntual (polvo, aire, alergia) o a una obstrucción del conducto lagrimal, que impide que las lágrimas drenen bien.
Si ves que el lagrimeo va acompañado de legañas, picor o inflamación, podría estar empezando una conjuntivitis o una irritación más seria.
Se rasca mucho los ojos o se frota la cara
Esto es un clásico de muchas enfermedades en los ojos de los perros. El picor ocular puede aparecer por alergias, irritaciones leves o infecciones. El problema es que, al rascarse con fuerza o frotarse contra el suelo o los muebles, pueden acabar haciéndose daño o incluso provocando una úlcera corneal.
💡 Truco: Si notas que se rasca más de lo normal, revisa bien el ojo con luz natural. A veces hay una legaña pegada, un pelito o incluso una pequeña espiga.
Mi perro tiene un ojo blanco, rojo o nublado
Cuando el ojo cambia de color o parece “raro”, es momento de actuar. Un ojo blanquecino o nublado puede indicar cataratas o incluso un daño en la córnea. Si lo ves rojo, probablemente esté inflamado por una conjuntivitis, una uveítis o algo más serio como un glaucoma.
Si además el ojo está más grande, más duro o le molesta la luz, no esperes: lleva a tu peludo al vete cuanto antes.
📌 Como ves, las enfermedades en los ojos de los perros pueden tener muchas caras. La clave es observar bien y no esperar a que “se le pase solo”, porque en temas de vista, el tiempo sí que importa.
¿Cómo detectar enfermedades en los ojos de los perros en casa? Guía rápida para tutores atentos
No hace falta ser oftalmólogo canino para detectar que algo no va bien. Con un poco de observación y calma, puedes darte cuenta de los primeros signos de alerta. Eso sí: esto no sustituye una revisión veterinaria, pero puede ayudarte a pillar a tiempo muchas de las enfermedades en los ojos de los perros.
Qué observar: tamaño, forma, color, movilidad…
Cuando revises los ojos de tu perro en casa, hazlo con buena luz natural y sin prisas. Algunos puntos clave a tener en cuenta:
- ¿Tiene los ojos rojos, hinchados o irritados?
- ¿Ves que el ojo está más cerrado o más abierto de lo normal?
- ¿Hay secreción anormal? (amarilla, verdosa, espesa o con mal olor)
- ¿Notas nublados, manchas blancas o el ojo está más “lechoso”?
- ¿Se rasca mucho o se frota la cara con frecuencia?
- ¿Parpadea más de lo habitual o evita la luz?
💡 Truco útil: Si tienes dudas, graba un vídeo corto con el móvil. Es muy útil para enseñárselo al veterinario, sobre todo si el síntoma va y viene.
Qué NO hacer (¡ni aunque te lo diga Google!)
Cuando se trata de problemas en los ojos de los perros, hay ciertos errores muy comunes que conviene evitar:
- No uses colirios humanos (ni manzanilla, ni agua oxigenada, ni “esto le funcionó a mi primo”).
- No intentes abrir el ojo a la fuerza si está cerrado.
- No le pongas pomadas sin diagnóstico.
- Y por favor, no esperes una semana “a ver si se le pasa solo”.
Los ojos son muy delicados. Un pequeño error o un retraso en el tratamiento puede complicar algo que era fácil de solucionar al principio.
✅ Lo ideal: Si ves que tu perro tiene algún síntoma de los que hemos mencionado, pide cita en tu veterinario de confianza. En muchos casos, con unas simples gotas se soluciona el problema. Pero si esperas demasiado… ya sabes. Las enfermedades oculares en perros no son una tontería ni algo que dejar para después.
Diagnóstico veterinario: ¿qué pruebas pueden hacer para detectar enfermedades en los ojos de los perros?
Cuando aparece cualquier señal de alarma visual —ojos rojos, parpadeo constante, secreción o simplemente “algo raro”— lo más importante es acudir al veterinario. Muchas enfermedades en los ojos de los perros pueden parecer leves al principio, pero evolucionan muy rápido si no se detectan a tiempo. Y para ello, el diagnóstico lo es todo.
Hoy en día, los veterinarios cuentan con varias pruebas específicas para detectar con precisión cualquier enfermedad ocular en perros, desde una simple conjuntivitis hasta un glaucoma o una úlcera profunda. Te contamos las más habituales:
Oftalmoscopia
Es una prueba básica para examinar el interior del ojo: retina, nervio óptico y vasos sanguíneos. Muy útil para detectar enfermedades oculares en perros como la atrofia progresiva de retina, el desprendimiento de retina o las cataratas avanzadas.
No duele y se realiza en segundos con una pequeña linterna oftálmica.
Tinción con fluoresceína
Una de las herramientas estrella del diagnóstico ocular en perros. Se aplica un tinte especial en el ojo y, con luz azul, se observan posibles heridas, úlceras o erosiones en la córnea. Es clave en casos donde el perro cierra el ojo o presenta molestia intensa.
Este examen es muy útil para diagnosticar problemas oculares frecuentes en razas con ojos prominentes como los Pugs o Bulldogs.
Prueba de Schirmer
Sirve para detectar enfermedades en los ojos de los perros relacionadas con la producción de lágrimas. ¿Tu perro tiene el ojo seco, con legañas pegadas o una conjuntiva irritada? Esta prueba puede confirmar si padece queratoconjuntivitis seca, una enfermedad ocular canina más común de lo que crees.
Se mide con una pequeña tira de papel en el párpado inferior. Rápido, indoloro y clarificador.
Tonometría
Fundamental para diagnosticar glaucoma, una de las enfermedades oculares en perros más graves. Con un aparato llamado tonómetro, el veterinario mide la presión intraocular. Si es más alta de lo normal, hay que actuar inmediatamente para evitar daños irreversibles.
💡 El glaucoma puede avanzar sin síntomas evidentes. Por eso, si tu perro tiene la mirada tensa o dolor ocular, esta prueba es indispensable.
Ecografía ocular y radiografías
Cuando se sospechan patologías internas, traumatismos, tumores o cuerpos extraños profundos, se puede hacer una ecografía del ojo o radiografías craneales. Aunque no son lo más habitual, permiten detectar algunas de las enfermedades en los ojos de los perros que no se ven a simple vista.
📌 Conclusión: No te fíes solo del aspecto externo. Muchos problemas oculares empiezan sin síntomas llamativos. Un buen diagnóstico puede marcar la diferencia entre tratar a tiempo o tener que lamentar una pérdida de visión.
Tratamientos para enfermedades oculares en perros: ¿siempre hay que operar?
Si tu perro ha sido diagnosticado con alguna de las enfermedades en los ojos de los perros, lo primero que te preguntarás es: “¿y ahora qué hacemos?”. La buena noticia es que muchas enfermedades oculares en perros tienen tratamiento, y no siempre pasa por quirófano.
Dependiendo del problema ocular, la causa y la gravedad, el veterinario propondrá una solución adaptada a cada caso. Aquí repasamos los tratamientos más comunes para cada tipo de enfermedad ocular en perros.
Gotas, colirios y pomadas
Son el tratamiento más habitual para afecciones como conjuntivitis, irritaciones leves, úlceras superficiales o incluso para controlar la presión en casos de glaucoma.
Algunos ejemplos:
- Antibióticos tópicos: para infecciones bacterianas
- Colirios con corticoides: en enfermedades inflamatorias como la uveítis (si no hay úlcera)
- Lágrimas artificiales: para ojo seco o queratoconjuntivitis seca
- Pomadas cicatrizantes: en caso de úlceras o erosiones
💡 Muy importante: no automediques. El tratamiento depende del diagnóstico concreto y el uso inadecuado puede empeorar el problema.
Cirugías más frecuentes
En algunas enfermedades en los ojos de los perros, especialmente las de origen estructural o degenerativo, la cirugía es la opción más efectiva (y a veces la única).
- Extracción de cataratas con láser o facoemulsificación
- Corrección de entropión o ectropión
- Drenaje de abscesos o cuerpos extraños
- Extirpación del globo ocular (en casos extremos, como tumores o glaucoma avanzado con dolor)
No te asustes: la mayoría de intervenciones son rápidas y bien toleradas. Los perros suelen recuperarse fenomenal con una buena pauta postoperatoria.
¿Se puede curar completamente una enfermedad ocular en perros?
Depende. Algunas enfermedades oculares en perros se curan sin secuelas (como una conjuntivitis leve o una úlcera bien tratada). Otras, como la atrofia progresiva de retina o ciertos tipos de glaucoma, no tienen cura definitiva, pero sí pueden ralentizarse y controlarse con seguimiento.
Lo más importante es detectar el problema a tiempo. Cuanto antes empiece el tratamiento, más opciones tendrás de proteger la visión de tu compi peludo.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
- ¿Cuáles son las enfermedades en los ojos de los perros más comunes?
Las más frecuentes son la conjuntivitis, el glaucoma, las cataratas, las úlceras corneales y la atrofia progresiva de retina. Todas pueden tratarse si se detectan a tiempo. - ¿Qué hago si mi perro tiene un ojo rojo o lo cierra constantemente?
Podría tratarse de una irritación, úlcera o infección ocular. Si tu perro cierra mucho los ojos o muestra molestias, consulta al veterinario cuanto antes para evitar complicaciones. - ¿Es grave que mi perro tenga un ojo nublado o blanco?
Sí, puede ser señal de cataratas, úlceras o presión intraocular elevada. Cualquier cambio en la apariencia del ojo debe revisarse rápidamente. - ¿Cuándo debo llevar a mi perro al veterinario por un problema ocular?
Si ves enrojecimiento, secreción espesa, parpadeo constante, hinchazón o si mi perro no abre bien los ojos, es mejor acudir cuanto antes. La vista es muy delicada. - ¿Se pueden prevenir las enfermedades oculares en perros?
Sí, muchas enfermedades en los ojos de los perros se pueden prevenir con una buena higiene, alimentación equilibrada, chequeos regulares y evitando ambientes irritantes - ¿Puedo usar colirio humano si mi perro tiene los ojos irritados?
No. Muchos productos para humanos son tóxicos para ellos. Siempre consulta con un veterinario antes de aplicar cualquier tratamiento.
Conclusión: Cuida sus ojitos… ¡y no esperes a que sea tarde!
Los ojos de tu perro son una ventana directa a su salud. Por eso, aprender a detectar a tiempo las enfermedades en los ojos de los perros puede marcar una gran diferencia en su calidad de vida. No hace falta convertirse en experto, pero sí en observador: una mirada apagada, un parpadeo insistente o una legaña fuera de lo común pueden ser la pista que necesitas para actuar a tiempo.
Así que ya sabes: si algo te hace sospechar, no lo dejes para mañana. Consulta con tu veterinario, mantén una buena rutina de higiene ocular y ayúdale a conservar esa mirada brillante que tanto te enamora. 💛
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¡No te vayas muy lejos! Nos vemos la semana que viene respondiendo a una pregunta muy común en nuestras redes sociales: «¿Los perros pueden comer almendras?«. ¡Hasta entonces, muchas caricias a vuestros peludos!
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