displasia de cadera

¿Qué es la displasia de cadera?

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La displasia de cadera en perros es un problema que puede preocupar a cualquier dueño.

Además, es bastante común en perros grandes, y puede perjudicar en gran medida la salud y calidad de vida de nuestro amigo peludo.

Afortunadamente, en el artículo de hoy te contamos todo lo que debes saber acerca de esta condición: desde cuáles son las causas más comunes de la displasia, hasta su tratamiento, pasando por los síntomas más frecuentes y mucho más. ¡Toma nota!

Niveles de displasia

En primer lugar, cabe destacar que la displasia de cadera no es un trastorno único, sino un espectro. Es decir, que existen diferentes grados de severidad:

Displasia leve (grado 1)

En esta primera etapa, los cambios en la articulación de la cadera son mínimos.

De hecho, el perro podría no mostrar síntomas evidentes, pero a largo plazo y sin tratamiento, la situación podría agravarse.

Displasia moderada (grado 2)

Aquí es donde la displasia en perros se hace más visible.

En esta etapa, los perros podrían comenzar a mostrar una leve cojera o ciertas dificultades para levantarse después de descansar. Las radiografías te ayudarán a revelar más claramente los cambios en la articulación, por lo que ponerse en contacto con el veterinario se hace imprescindible.

Displasia severa (grados 3 y 4)

En los casos más graves, los perros sufren dolor constante y tienen una movilidad muy limitada.

En esta fase, actividades diarias tan simples como correr o incluso caminar, se convierten en todo un desafío para el can, y deberán ser tratados con cirugía para corregir la displasia.

Causas de la displasia de cadera en perros

Nuestra mascota puede sufrir displasia de cadera debido a diversos factores, aunque los más importantes son, sin duda, la genética, la edad y la alimentación y estilo de vida del can.

Destacando en primer lugar la predisposición genética, cabe indicar que los perros de razas grandes como el Pastor Alemán, Rottweiler, Labrador, Golden Retriever o San Bernardo presentan una gran predisposición para esta patología, por lo que conviene estar muy atentos. Sobre todo, si los padres de tu peludo también tuvieron este problema.

Por otro lado, factores como el tipo de alimentación, el ejercicio, el peso del perro y el propio paso del tiempo también tienen un papel determinante en el desarrollo de la displasia.
Para prevenirla, proporciona a tu perro una dieta equilibrada y sana, y asegúrate de sacarlo a pasear a menudo.

Síntomas de displasia

Identificar los síntomas de la displasia de cadera en perros puede ser complicado, ya que varían según la severidad de la condición.

Sin embargo, hay algunas señales clave a las que debes prestar especial atención:

  • Cojera intermitente: uno de los primeros signos puede ser una cojera intermitente en una o ambas patas traseras.
    Por lo general, esto puede ser más notable después de un ejercicio intenso o al levantarse después de descansar.

  • Dificultad para moverse: los perros con displasia de cadera a menudo muestran dificultad para realizar movimientos que antes les resultaban sencillos, como saltar dentro del coche, subir escaleras o incluso levantarse del suelo.

  • Dolor y rigidez: la displasia de cadera causa inflamación en la articulación, lo que resulta en dolor y rigidez.
    Si notas que tu perro se queja al tocarle las caderas o muestra incomodidad cuando intentas mover sus patas, seguramente esté experimentando displasia de cadera.

  • Postura anormal: a medida que el perro intenta compensar el dolor, puede adoptar posturas extrañas, tanto al permanecer sobre sus cuatro patas como al sentarse o tumbarse.

Diagnóstico de la displasia de cadera

La opción más inteligente si observas displasia de cadera es recurrir a un veterinario para que pueda proporcionar su diagnóstico.

En cuanto a las pruebas necesarias para detectar esta condición, en primer lugar estaría el examen físico detallado. Es decir, observar cómo se mueve el perro y buscar signos de dolor en la articulación.

Después, se hacen varias radiografías para ver la estructura de la cadera y evaluar el grado de degeneración de la articulación, con el objetivo de diseñar el mejor tratamiento en función de las necesidades específicas del animal.

En algunos casos, el especialista puede recurrir a algunas pruebas adicionales, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM).

Tratamiento para la displasia de cadera

Una vez diagnosticada la displasia de cadera, el veterinario diseñará el tratamiento más adecuado para tu mascota.

Uno de los tratamientos más comunes y efectivos si la displasia es leve o moderada es la terapia física basada en ejercicios de bajo impacto (como por ejemplo, la natación).

Como ya sabes, el control del peso también es fundamental para prevenir la displasia de cadera, por lo que deberás prestar especial atención a la dieta que sigue tu peludo.

En algunos casos, el veterinario puede recetar algunos suplementos y medicamentos para calmar el dolor y acelerar el proceso de recuperación. Sobre todo, productos antiinflamatorios y analgésicos, o sulfato y glucosamina, muy útiles para estimular las estructuras más profundas del cartílago y prevenir el desgaste de las estructuras de la cadera.

Como último recurso, y sólo si la situación lo requiere, se recurrirá a la intervención quirúrgica.

Y con esto, damos por finalizado el artículo. ¿Qué te ha parecido?, ¿te ha ayudado a conocer más de cerca la displasia de cadera en perros?

Si te has quedado con ganas de más, recuerda que en nuestro blog encontrarás otros muchos posts relacionados con la salud y el cuidado de nuestros mejores amigos. Como por ejemplo, este artículo tan completo donde te contamos todo lo que debes saber sobre la respiración acelerada en perros. ¡No te lo pierdas!

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Sara Fernandez

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